domingo, 12 de octubre de 2014

LUGARES

Puesto que estamos limitamos por la forma que adopta la materia y ocupando un espacio desde ese cuerpo que habitamos con el cual nos contamos como, un yo soy, físicamente presente y diferenciable por el cual nos desplazamos por lugares físicos y mentales transitando territorios físicos y mentales, reconociendo lugares, elaborando un croquis, creando los referentes de todas las estancias, recorriendo habitaciones físicas y mentales para recordar en cuál de ellos hemos dejado por ejemplo las llaves...y cuando salimos a la calle, recordar cuál es el camino que nos lleva en esta o aquella dirección, donde esa forma física que somos llegará a la cita. Pero acaso nos percatamos de los lugares donde habitamos o por aquellos que esquivamos o pasamos, más allá de su forma física?
Tenemos cuidado al pasar por la calle oscura y de encender la luz de cada habitación, pero los lugares también nos habitan desde dentro.
Entonces cuando nos desplazamos con todo nuestro cuerpo por el espacio para llegar a esa cita con el otro... podemos reconocer en qué lugar no físico, estamos cuando llegamos al encuentro?

domingo, 26 de enero de 2014

Ficción, dinero y amor

Andamos cubiertos por la sombra de tres bastiones que se elevan en nuestro horizonte y nos llenan de carencias que pertenecen a su orden: ficción, dinero y amor romántico.
La ficción nos permite dibujarnos al espejo, vestirnos con la apariencia construida a partir de la imitación, aquella infundada desde la infancia por los mayores, a la que mas tarde convertimos en su anti, como una formula de escape para llegar a esa complaciente amalgama que conocemos como "mi mismo", pero dependiente de la aceptación de los otros.
El dinero como un valor nos demuestra, nuestra mas eficiente aplicación de servicio a un amo. Consumir y ser consumido literalmente, sin la metáfora de la naturaleza. La acumulación del dinero y su valor equivalente, traducido en poder, multiplicados hasta su más absoluta perversión.
El amor romántico como cúspide moral del entramado, crea a la vez su oponente con la misma capacidad de sombra, del anti romanticismo basado en el consumo sexual, o esa moneda viviente, o también, el asexualismo de ingredientes ascéticos cuyo soporte es una nueva especie de hedonismo que encapsula para protegerse del dolor y del otro, una aséptica del individualismo.

Mas allá el sol continua irradiando su dorado calor y su luz que nos recuerda que somos su eco.